EEUU.- Alex Pineda Chacón es uno de los invitados de Wilmer Velásquez para su partido de despedida. El “Chele” vive en Estados Unidos y no es tan fácil que esté presente, pero no pierde la esperanza de venir y ser parte de esa fiesta.
LA ENTREVISTA
¿En pleno año del centenario de Olimpia, cómo están sus sentimientos por el club a pesar de la distancia?
Lo mantengo intacto y lo mantendré “for ever” (por siempre). Ha sido un sentimiento de toda la vida. De niño fui aficionado a Olimpia y jugué en el club. Mis sentimientos por el equipo nada me los puede cambiar.
¿Qué le comentan sobre lo que está viviendo el olimpismo en el inicio de las celebraciones?
Mi hermano Juan Carlos me comenta toda la euforia con la que están viviendo el centenario en todo el país, acuérdese que es la mitad más uno. Olimpia salió campeón y todo se está dando para que haya un buen ambiente. Están todos los ingredientes para que celebren: técnico, camerino y uniforme nuevos. Hay un conjunto de cosas que me hace pensar que todos estén eufóricos.
¿Qué significa para usted ser parte de estos 100 años de historia?
Con palabras me quedo corto decir lo qué significa. Es un orgullo haber sido parte de una historia de las más importantes en el club, habiendo sido protagonista y muy querido por la mayor parte de la gente en mi país, sobre todo por el olimpismo.
El fin de semana es el homenaje a Wilmer Velásquez y se ha mencionado que usted estará. ¿Tendrá posibilidad de venir?
Tengo unos compromisos por aquí, quisiera cambiar todo, pero son compromisos adquiridos con el club que me nombró entrenador y tengo que ir a una convención de entrenadores a Kansas City. Es una fecha inaplazable y debo representar al club. Es bien complicado. Lo platiqué con el director deportivo del club, pero no me ha dado una respuesta y sigo a la espera. Me encantaría acompañar a Wilmer en su homenaje, pero no es tan fácil.
Pero su compromiso es el sábado 14 y el juego es el 15, ¿Habría una posibilidad?
Claro. Mientras no reciba una respuesta del Atlanta no puedo descartar nada. Podría salir de noche, llegar a Honduras el domingo en la tarde y del aeropuerto me iría al estadio. Para soñar está lindo y sería una buena anécdota, pero soy realista y no es tan sencillo y eso me da tristeza porque la despedida de Wilmer será un evento único en pleno centenario.
¿No quiere fallarle a su amigo?
Wilmer es un gran amigo. Compañero de siempre en la Sub-23, él llegó a Olimpia un año después que yo. Contemporáneos, una gran persona y sería lindo estar con él en ese momento. Estoy agradecido porque pensó en mí para formar parte de un grupo selecto.
¿Pero no pierde la esperanza de estar con el “Matador”?
Mientras no llegue el día no pierdo la esperanza de poder estar. No quiero desilusionar a la gente que quizá está a la espera de que yo llegue y vivir en ese ambiente de fiesta. Veremos qué sucede y al final puedo ponerme el esmoquin y entrar a la cancha ese día.
Cambiando de tema, ¿qué tal va esa experiencia como entrenador del Silverbacks?
En el momento que me nombraron me puse emocionado, pero ahora estoy concentrado en el trabajo. Estoy tratando de armar un buen equipo. Ya fichamos a un delantero canadiense y que hará pareja con el chileno Reinaldo Navia. Por ahora muy ocupado.
¿Y qué tal ahora como técnico?
Es algo diferente, pero como asistente aprendí los truquitos para ser entrenador y tomar las mejores decisiones. He tratado de prepararme bien para vivir esta etapa.
¿Se ha planteado la idea de unirse al cuerpo técnico de Olimpia o ser el entrenador del club?
Uno se plantea cosas, pero esas cosas hay que ganárselas y en eso estoy, trabajando fuerte y nunca se sabe. Las oportunidades llegan en cualquier momento y hay que estar preparado. Olimpia puede ser una posibilidad.
